domingo, 20 de junio de 2010

EL CHE Y SU ENTRAÑABLE RELACION CON EL PERÚ


Ernesto Rafael Guevara de la Serna y su entrañable relación con el Perú. (I parte)

"El Che" uno de los màs grandes revolucionarios de IndoAmèrica, es para la patria grande, desde la Patagonia hasta Alaska, el ìcono màs importante de las últimas décadas.Hijo de Ernesto Guevara Lynch y Celia de la Serna y de la Llosa, nace en Santa Fè - Argentina y para muchos màs conocido en nuestro àmbito por cinco hechos importantes, el primero por ser llevado dibujado , a mediados de los 80, en el tapabarros de jebe que llevaban en las llantas de los camiones, ensuciado a la vista de todos, por las aguas estancadas y malolientes de los huecos en las pistas de Lima , segundo por ser el ìcono mayor tatuado en muchos brazos de jòvenes como hace poco pude ver en el brazo de un amigo de 19 años, tercero por ser pariente directo del que fuè el Virrey màs carnicero de la colonia peruana , ironìas de la vida, cuarto por su travesìa por el Perù como lo muestra la pelìcula "Diarios de Bicicleta" de Walter Salles y protagonizado por Gael Garcìa y quinto la parte màs entrañable por tratarse de una relaciòn de amor, su mujer: Hilda Gadea Acosta, joven marxista con quien habrá de casarse y tener una hija: Hilda Beatriz Guevara Gadea. Mujer limeña, economista egresada de San Marcos y por que no decirlo, de la vieja escuela política del APRA. Ella escribe en 1972 Che Guevara: los años decisivos, obra conocida tanto en Cuba, Mèxico como en el Perù, la cual fue reeditada en el 2005 con otro tìtulo. Se intuye , por todo lo que se ha escrito del Che, que fue su mujer quien lo introdujo en la política , primero en Guatemala y luego en Mèxico presentándolo a los hermanos Castro. Poco investigada la relaciòn del Che con la madre de su hija, se nota un vacìo para el conocimiento de la historia política de América, ya sea por prejuicio o por ignorancia, lo cual hace notar la falta de sensibilidad por rescatar hechos importantes que influyen en el desenvolvimiento de la política social de nuestros pueblos. Dejo un escrito que describe muy bien la relaciòn del Che con su mujer peruana, la cual fue una mujer de vanguardia en la política nacional, mal recordada por los mismos apristas de la actualidad.
Carta a Hilda Gadea desde la Sierra Maestra. 28 de Enero de 1957
Querida vieja: Aquí, desde la manigua cubana, vivo y sediento de sangre escribo estas encendidas líneas martianas. Como si realmente fuera un soldado (sucio y harapiento estoy, por lo menos), escribo sobre un plato de campaña con el fusil a mi lado y un nuevo aditamento entre los labios: un tabaco. La cosa fue dura. Como sabrás, después de siete días de estar hacinados como sardinas en el ya famoso Granma, desembarcamos en un manglar infecto, por culpa de los prácticos, y siguieron nuestras desventuras hasta ser sorprendidos en la también célebre Alegría y desbandados como palomas. Me hirieron en el cuello y quedé vivo nada más que por mi suerte gatuna, pues una bala de ametralladora dio en una caja de balas que llevaba en el pecho y el rebote me dio en el cuello. Caminé unos días por el monte creyéndome mal herido, pues el golpe de la bala me había dejado un buen dolor en el pecho. De los muchachos que conociste allí, sólo fue muerto Jimmy Hirtzel, asesinado por entregarse. Nosotros, en un grupo en que estaban Almeida y Ramirito, de los que conocimos, pasamos siete días de hambre y sed terribles hasta burlar el cerco, y con ayuda de los campesinos volvimos a agruparnos con Fidel. (Uno de los que se da por muerto sin confirmación es el pobre Ñico). Después de arduos problemas nos reorganizamos, nos armamos y atacamos un cuartel matando cinco soldados, hiriendo otros y haciendo algunos prisioneros. El ejército, que nos daba por disgregados, se llevó la mayúscula sorpresa, aumentó la suspensión de garantías a toda la república y por cuarenta y cinco días más nos echó encima tropa escogida; se la volvimos a disgregar y esta vez le costó tres muertos y dos heridos. Los muertos quedaron en el monte. Al poco tiempo, capturamos tres guardias quitándoles las armas. Si a todo esto se agrega que nosotros no tuvimos ninguna baja y el monte es nuestro, te podrás dar idea de la desmoralización del ejército, que nos ve escurrir como jabón entre sus manos, cuando nos cree en el buche. Naturalmente, la pelea no está totalmente ganada, falta mucha batalla, pero ya se inclina a nuestro favor: cada vez lo será más. Ahora, hablando de ustedes, quiero saber si estás todavía en la casa a donde escribo y cómo están todos, particularmente el “pétalo más profundo del amor”. A ella me le das el abrazo y beso más fuerte que pueda competir con su armadura ósea. A los demás un abrazo y recuerdos. Con la precipitada salida dejé las cosas en casa de Pocho, entre ellas están las fotos tuyas y de la chiquita. Cuando escribas, mandámelas. Podés escribir a la casa de mi tío, a nombre del Patojo. Las cartas tardarán un poco, pero llegarán, creo. Recibe un abrazo de Chancho

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola que tal amigos